MECIENDO LA TARDE
Mis días se esfumaron como el viento,
Como corcel airado voló mi juventud,
Mi pecho fragante de experiencia observa
Como el joven tras las rejas va;
En busca de amargos y espinosos besos
Que cubran de algodones blancos sus cabellos
Y entonen melodías que aflijan su corazón,
Y un día cuando acostado escuche
Ven abuelo vamos a jugar,
Valorará el tiempo perdido en lontananza,
Cuando corría tras las olas en el mar,
Cuando contaba luceros en las noches,
Y bailaba con la muerte en el jardín.
Solo entonces las canas y los nietos
Con respeto, declararán al sabio su vejez.
DEDOS VENTOLINOS.
Amemos aún a Fran,
Ella fue capullo de rosa,
Adornó nuestras mentes
Con sus pétalos.
Nuestros pueriles taladros
Su lozanía marchitaron.
¿No abrigó nuestra piel,
Cuando bohemios delirábamos
Con Lucifer?
¿Acaso sus deleitosas espinas
No pulieron
Nuestras adolescentes almas?
Hoy azotada por el despiadado clima
Se ajan sus hojas
Como símbolo cautivo en el estiércol.
SENDAS NEGRAS.
Sendas negras,
Pasos sombríos de la emboscada,
Cabellos guerreros seductores
Que habiendo lavado sus cuerpos
En el lodo decrépito venéreo
Vinieron sobre el carruaje
Ebrio de lascivia
A saquear el caudaloso torrente
De mis ojos.
Sendas negras
Profanaron mi santuario,
Despojaron de virtudes mis instintos
Conduciendo el funeral de mis días
En la penumbrosa bahía de los pecados.
Sendas negras, sendas negras
¡Miradme andar! Entre los muertos.
VANOS SUEÑOS
Sueño con Margarita
Con quien perseguí
La luna en el cabaret.
¡Oh espíritu impuro
De cabellos dorados
Que sales cadencioso
De nuestro húmedo sueño!
¿Por qué sueño con la musa
Que saltó al abismo en el carnaval?
Regresa hermosa amada
Sumerge tu carroña imagen
De dulzura y fuego
En el vientre de las tumbas.
COMEDIA LIBIDINOSA
El día cayó en el Ocaso
Se inflamaron mis pómulos
Y apareció el alba
Sin reposar mis huesos.
El desvelo perturbó mi mente,
Me arrojé a tu lecho
Y tu espíritu enardeció mis manos;
Saboreé tu cuerpo
Y tu fragancia erótica
Bañó mi piel en frenesí lascivia.
Una luz cesó la lujuriosa noche,
Y tú aún ignoras nuestros besos;
Besos ardientes, solitarios vuelan
Vana ilusión de tus sensuales labios.
LLANTO Y BESOS
LLANTO Y BESOS
Tiritan mis manos
los espinosos aromas
que adormecen mi cuerpo.
Vino ingrato,
distrae mis penas
y me cobra iracundo
su caricia hipócrita.
yo, que absorbo su esencia
en las dementes sombras,
ansío hoy su fuego
para calmar el llanto.
Sus amargos besos
envilecen mi alma,
y como un reptil
devoro a compartir su lecho.
TORMENTA DE VIDRIO
Cuando bajó el veneno
por el gaznate ingenuo
un placer profundo
embriagó la herida.
Aquí moribundo, solitario
y triste,
un fuerte vino devora
mis agotados pasos
cargados de tormentas.
BURLA DEL ESPASMO
Corre el vino
y al rendirle culto,
bajan lágrimas
por el horrendo gozo.
Una tropa de antros demonios
abren la alcoba
a esperar la muerte.
¿Qué pasará mañana
cuando el rayo esfume
mi demente espíritu?
La áspera mano
del monstruoso infierno
desgarrará mis llantos
con sofocadas risas.
ESPINAS
Amó la dalia roja
en el jardín florido
de su adolescencia.
El verano dañó la flor,
se ajó repentinamente...
El clavel entristecido
bañó la espesura en la fragancia
de los pétalos gastados.
GOTAS MÁGICAS
Pasó el huracán
en la inhóspita autopista
de mis años.
las flores del mal
intimidaban mi morada.
Apareció el edén,
briznas cristalinas
purificaron mi existencia.
Confuso lloré sobre la aurora.
RENDICIÓN
Siento tus pasos acercarse,
cada señal eriza mi piel,
una llovizna relaja el ambiente,
tu avanzas usurpando mi aliento,
una tenue caricia pigmenta mi semblante.
Asediado
por tus candentes yemas
mi esencia se diluye
en tu océano erótico.
CIUDAD SIN SUEÑOS
En las tumultuosas calles
bulliciosas de la noche,
me abrigó la soledad
y un silencio se albergó
en mi pecho.
Noches frágiles,
noches de placer,
noches de quimera,
noches bohemias
donde acaricié una bruja
y un ladrón me arrebató
sus besos.
Siendo hermosa
no aprecié su belleza;
siendo valiosa
no consideré sus tesoros;
atónito observé
volar a algunos hombres
y yo en sueños
deliraba en un rincón.
Allí frustré
los pasos de una flor;
flor fragante, audaz.
Hoy marchitos sus pétalos
aún erizan mi piel dormida.
Piel que yace
en la hipócrita mente
del bastardo lobo;
pero que un radiante ángel
cubre y hoy eleva
en el espacio inmenso.